La gracia de esta fotografía lo que la hace especial, aparte del punto de vista, es la simetría que existe en el cuerpo de Cristina, la separación de la línea blanca sin contar las manos de la maquilladora. Esa simetría, que marca valores de organización, limpieza, estilo. Todo eso es roto por las partes no simétricas de la maquilladora. La vida es imperfecta, así que disfrutar el momento, eso es lo que te recuerda las manos de la maquilladora y le confiere belleza a la imagen.
La tercera fotografía es como ver una obra clásica llena con angelotes, cruces de miradas, direcciones, pesos. La novia en el eje central, eso si su cuerpo marca una diagonal por el abrazo de la primera amiga(verde) que le ha dado el ramo y por la cámara que no está retratando recto, esto le confiere velocidad.
¿Adivináis quien son el marido de la novia? Esa es fácil seguir la fecha, ¿adivináis quién es el novio de la segunda amiga (rosa)? En este segundo caso os habéis equivocado, como tiene gafas de sol la línea blanca no es válida, realmente no está mirando a la chica de rosa sino a la de verde, sino no tendría esa cara alegre en ese momento.
Por otro lado, tenemos nuestro angelote en la derecha (la niña), que codicia el ramo, una chica mirando a cámara al fondo… Esta fotografía mejora al verla con calidad, los verdes vivos, pero los colores están redondeados y con mucho detalle. Esta fotografía en definitiva es preciosa.